India lanza ataque con misiles a Pakistán y crece la tensión entre potencias nucleares
India ejecutó la Operación Sindoor contra objetivos en Pakistán, dejando al menos 10 muertos y desatando una peligrosa escalada entre potencias nucleares.

Una nueva y peligrosa etapa de tensión se desató este martes tras un ataque con misiles lanzado por India contra Pakistán y la región de Cachemira controlada por Islamabad. Según fuentes militares paquistaníes, al menos 10 personas murieron en la ofensiva, mientras que medios oficiales indios hablaron de nueve objetivos estratégicos alcanzados.
This is what India is doing to Pakistan right now.
This didn’t happen under Biden.pic.twitter.com/AO6OxEd9Zm
— Don Winslow (@donwinslow) May 6, 2025
La operación, bautizada por Nueva Delhi como “Operación Sindoor”, fue presentada como una acción “limitada” y “precisa”, destinada a destruir infraestructura presuntamente vinculada a grupos militantes. Sin embargo, la ofensiva encendió las alarmas de la comunidad internacional, ya que involucra a dos potencias con capacidad nuclear y un largo historial de conflictos.
“Un ataque cobarde”: dura respuesta de Islamabad
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, condenó duramente el ataque, calificándolo como una acción de un “enemigo traicionero” y advirtió que “no quedará sin castigo”. Fuentes oficiales señalaron que los bombardeos se centraron en Bahwalpur, en el este del país, y en las ciudades de Muzaffarabad y Kotli, dentro de la Cachemira administrada por Pakistán.
En respuesta, el portavoz del Ejército paquistaní declaró:
“Todos nuestros aviones de combate están en el aire. Este es un ataque vergonzoso y cobarde perpetrado desde el espacio aéreo indio”.
بِسْمِ اللهِ الرَّحْمٰنِ الرَّحِيْمِ
The treacherous enemy has launched a cowardly attack on five locations within Pakistan. This heinous act of aggression will not go unpunished.
Pakistan reserves the absolute right to respond decisively to this unprovoked Indian attack — a…— Shehbaz Sharif (@CMShehbaz) May 6, 2025
Poco después, Pakistán cerró el espacio aéreo sobre las ciudades clave de Lahore y Karachi, afectando vuelos comerciales y operaciones en el Aeropuerto Internacional de Islamabad.
Ataques cruzados en Cachemira: la tensión crece
Tras el bombardeo, el Ejército indio acusó a Pakistán de responder con artillería pesada contra la localidad de Bhimber Gali, en la región de Poonch-Rajauri, situada del lado indio de la línea de control.
Mientras tanto, aerolíneas indias cancelaron vuelos hacia zonas fronterizas, incluyendo Jammu y Cachemira, Rajastán y Punjab. La situación es volátil, y ambas naciones aseguran estar listas para responder militarmente.
¿Qué desató el ataque?
La ofensiva india se produjo semanas después de un atentado mortal contra turistas en la Cachemira administrada por India, que dejó 26 muertos. Delhi acusa al gobierno de Islamabad de respaldar el terrorismo transfronterizo, una acusación que Pakistán rechaza enfáticamente.
El gobierno indio aseguró que los sitios atacados no eran instalaciones militares, sino infraestructura usada para planificar acciones terroristas.
“Hemos actuado con moderación. No buscamos una escalada”, señaló el Ministerio de Defensa de India.
Cachemira: un conflicto eterno
La región de Cachemira ha sido un punto álgido desde 1947, cuando la partición del subcontinente dividió India y Pakistán. Ambos países reclaman el territorio completo, pero lo controlan parcialmente. A lo largo de las décadas, dos guerras y constantes choques fronterizos han mantenido el área en tensión permanente.
Alerta global: el mundo mira con preocupación
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su “profunda preocupación” y pidió “la mayor moderación” a ambas partes. El portavoz de la ONU advirtió que “el mundo no puede permitirse una confrontación entre India y Pakistán”.
Desde Washington, el presidente Donald Trump lamentó el conflicto:
“Es una pena… Solo espero que termine pronto.”
Un equilibrio inestable
Expertos advierten que si bien ambos países han intentado manejar los conflictos anteriores, el nivel de violencia y la decisión de atacar objetivos dentro de Pakistán rompen una línea roja. La posibilidad de una guerra abierta entre potencias nucleares preocupa profundamente a la comunidad internacional.
La situación sigue evolucionando, y el curso que tome dependerá de la magnitud de la respuesta paquistaní y la capacidad diplomática global para frenar la escalada.