miércoles, 30 de abril de 2025


SSanta: El Sexto Piso de mi Tamaulipas…

Desde el Sexto Piso, como ahora se llama una de las secciones de esta colaboración periodística (en alusión a la…

Por: Nosotros.Press , En: Jamlet Política Opinión , Día Publicado: 23 abril, 2025

Eleazar Ávila Pérez
Jamlet Política…

Desde el Sexto Piso, como ahora se llama una de las secciones de esta colaboración periodística (en alusión a la década personal que vivo), quiero hacer varias precisiones sencillas, donde la más importante es que en Semana Santa decidí visitar todos los sitios a donde fui invitado.

Dije que fui a Matamoros, a la Playa Bagdad, pero no fui invitado, es mi casa y voy tantas veces como me es posible, pero no fui requerido, supongo porque no estoy en el radar del juvenil Beto, si de Homar que es amigo, pero esa es otra historia.

Eso sí, aproveché para celebrar la vida de mi madre Santa Paula de Ávila y el cumpleaños de Martha, mi hermana menor. Digo, lo menciono para que no haya malos entendidos.

Cuando fui a la Playa Bagdad, observé lo que observé, y con casi 40 años como periodista, lamento el descuido que los gobiernos tienen al balneario, donde los chispazos de modificar el sitio se los debemos a alcaldes como Tomás Yarrington, Mario Zolezzi y Baltazar Hinojosa con la ampliación de la carretera.

Extrañé no ver el tobogán y lamenté confirmar que los sanitarios son los mismos desde hace 900000000 años.

Estuvimos en Jaumave, la tierra del profesor Manuel Báez, quien como alcalde nos invitó a disfrutar del arranque de la Semana Santa, donde pues la nostalgia me invadió porque, como profesor de educación primaria, en mis tiempos de estudiante egresado de la J. Guadalupe Mainero, conocí esta maravillosa tierra porque acudimos a bailar huapangos huastecos cuando tenía, quizá unos 17 años.

Vimos el Ojito, sitio de envidia, lo mismo que Los Nogales, que espero volver para disfrutar de la paz y la naturaleza. Y sí, no soy un hombre de playa, quienes son mis cercanos y familia lo saben, no obstante que disfruto del paisaje y todo lo que ello representa para equilibrar el bullicio de la gentrificación.

Transparente: claro que me morí de envidia al ver a miles de familias en la Playa El Tesoro, un sitio virgen, maravilloso, de suave arena y playa turquesa, por lo que ni modo de decirle que no a mi amigo Armando Martínez, alcalde de Altamira.

Con ese ánimo y afecto llegamos, no solamente para disfrutar de tres, cerbatanas, comer ceviche del bueno y pescado frito, sino para tomarnos la foto del recuerdo con él y su esposa Rossy Luque de Martínez, para luego caminar en la arena y gritar un reclamo.

Por qué esta maravilla no tiene la infraestructura que otras playas más feas tienen. Supongo, me dije, la política, la envidia y los presupuestos, asuntos de negocios chilangos. En fin.

Luego fuimos a Madero, donde pues ahí, sin que esto signifique una envidia para nadie, es evidente que es la capital playera de Tamaulipas, misma que con Miramar compite con los mejores sitios del Golfo para disfrutar de los mejores sitios.

Sus escolleras, sus mapaches, sus aliens, sus artesanías, que incluyeron, invitado Erasmo González, disfrutar de Soleare, el hotel estelar de estos tiempos estelares de Madero. Y ahí, ya en sábado, vimos dos grupos en concierto.

Al Grupo Palomo, con una lista bien escogida de canciones de Ramón Ayala y Cadetes de Linares, donde pues estábamos de chamba, ni cómo abrir una agua de cebadina.

Esta es la verdad, amigos. Vamos a donde nos invitan, porque a esta edad, llegar de afanosito no es tema y “nostema. Eso sí, tengo mucho que hacer en Tampico, decenas de amigos que visitar, pero no, igual que en Matamoros, fuimos a trabajar, a comer, pero de invitaciones tradicionales institucionales no, igual que en Matamoros.

Es la ley de Newton, y ya no digo más. Que por cierto, claro que aprovecho para agradecerle a Erasmo González y a Humberto Valdez el detalle de que se dieran tiempo para festejar mi Sexto Piso, con pastelito del bueno. Ahí luego les mando una foto en mis redes.

Soy un chavorruco que conoce las reglas, que las implementa, que las procesa y las academiza; por eso, entre otras cosas, ciertamente siempre diré: voy a donde me llaman, pateando un bote.

También fuimos a Ciudad Victoria, al San Marcazo, pero solamente dos días, porque no tengo el don de la ubicuidad. Pero me alcanzó para el bailazo visual y la función de lucha libre en un sitio donde Lalo Gattas invitó —pero no pude— estar en a la Parrillada Fest2025, en el parque recreativo Los Troncones.

A la otra, porque como fan de Proyecto Uno, tenía que ir. En la paradoja, si me hubieran invitado al Pop Tour, habría echado un volado, pero no hubo necesidad.

Nostra Política.- El Papa Francisco ya no está,  y por los rostros de los Cardenales, me temo que no encuentro mucha bondad.

18 pendientes…  

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